LESCOURRET, Marie-Anne, Introduction à l'esthétique, Champs Université, París, Flammarion, 2002, 296 pp., 17,8 x 10,8 cm., ISBN2-08-083013-9.

La introducción de esta obra ubica históricamente la estética como disciplina y sus funciones y concretamente la estética filosófica, a la vez que hace un breve recorrido por los nombres sobresalientes de esta disciplina y las tradiciones que la han ido enriqueciendo progresivamente, para pasar a examinar la cuál es la cuestión fundamental de la estética: distinguir entre el objeto ordinario y el artístico. El capítulo primero, "La relación estética", examina la doctrina estética de Platón, ejemplificando la relación entre lo bello y el arte, para, a continuación, examinar la emoción estética, encadenando una serie de autores en su discurso y, partiendo de esta análisis, estudiar la idea de lo bello. Este primer capítulo no es lineal, ni pretende serlo al modo de un manual, sino que hacer un discurso rico en sugerencias. El segundo capítulo "el sabor y el hambre", estudia la forma artística y su relación con la materia como unitarias en la idea, siguiendo a Aristóteles, Arnheim y Kandinsky (y su "necesidad interior", cuyas semejanzas con las concepciones escolásticas me hubiera gustado que la autora hubiera puesto de manifiesto, aunque entiendo que no es su intención) y, desde ahí, explica la actividad artística. No veo claro que el creador artístico llegue a ser "un análogon" de Dios en la Edad Media (p. 76): ese proceso acontece, más bien en el Renacimiento. Lescourret profundiza en la noción de idea artística y examina la idea del arte como lenguaje, con los problemas que la analogía comporta. El capítulo tercero, "saber y poder", examina la cuestión de la creatividad estética (con constantes referencias a Valéry), su porqué, la cuestión de la imitación, el genio, el valor de la imaginación, el cuerpo (dado que el arte "es la instancia por excelencia de la encarnación, del paso de lo inteligible a lo sensible", p. 125). El capítulo cuarto, "el campo artístico", hace una reflexión sobre la sociología del arte y, dentro de ella del papel del artista, así como de la función social del arte, la educación estética, el papel subversivo de los artistas, así como su represión por parte de determinados regímenes y se detiene en el papel del arte de masas como instrumento de represión, así como en la estética de la recepción de Jauss. En el capítulo quinto, "La correspondencia de las artes", se pregunta, en la línea de Wittgenstein, si hay una noción común que relacione las diversas prácticas artísticas, haciendo un recorrido histórico por la cuestión, desde la antigüedad hasta el siglo XVIII de Batteux, los intentos habidos en el XIX y el estado de cosas surgido en el XX. Finalmente, la autora presenta un glosario de 14 términos a modo de un brevísimo diccionario de estética que, por sí mismo, dada su concisión y precisión, resulta del máximo interés. Finaliza con la revisión de las aportaciones de cuatro autores (Dahlhaus, Duchamp, Eisenstein y Warburg).

El tratamiento peculiar de cada capítulo, que se constituye en una especie de ensayo evocador, no estrictamente introductorio en el sentido vago del término, hace de esta obra un documento muy interesante.

 

Sixto J. Castro