SETTIS, Salvatore, El futuro de lo clásico, traducción de Andrés Soria, Madrid, Abada, 2006, 158 pp., 20 x 14 cm., ISBN 84-96258-69-6.

 

¿Qué es lo clásico? ¿Tiene algún papel hoy? Si lo tiene, ¿es el de ser instrumento motor de la historia o un depósito de exempla con los que ilustrar de modo más o menos postmoderno los acontecimientos cotidianos? Lo clásico, síntesis de romano y griego, es un término que se usa con muchos sentidos y que a lo largo de la historia del arte ha sido utilizado en muy diversos contextos y ha ido adquiriendo varios sentidos en función de los mismos. Settis estudia el lugar que ocupa el arte romano en este mundo (¿ es clásico lo romano?), mostrando las diversas opiniones, totalmente antagónicas, al respecto. Indaga también en la mitificación de lo clásico como factor presente en todas las revoluciones modernas, que tratan de arrogarse para sí caracteres que, en su comprensión revolucionaria, habrían estado presentes en ese mundo, especialmente en Grecia, aunque de hecho no fuese así, pero lo clásico se considera como un repertorio que está ahí y que siempre está listo para ser usado, tal como se interpreta en el y los renacimiento(s). Settis nos informa también del carácter decimonónico del término “clásico”, pues antes únicamente teníamos la distinción entre “antiguos” y “modernos” (pp. 78 ss) y sólo a partir del siglo XVIII entra en el vocabulario la antigua palabra latina “classicus”, de matices más socioeconómicos que otra cosa. Asimismo, el autor trata de las consecuencias que tiene en el ámbito cultural la entrada de ese término (sobre cuyo contenido preciso se ha discutido con profusión). Partiendo de aquí, la pregunta que se impone es si existe algo clásico dentro de lo clásico, con el consiguiente problema de si hay continuidad en la historia del arte o más bien una especie de saltos entre renacimientos de lo clásico que se multiplican por doquier. Un análisis muy exhaustivo sobre el carácter de la ruina, tanto en la tradición occidental como en la china, entendida como el contrapunto del concepto mismo de lo clásico, cierra la obra. Este extraordinario trabajo de historiografía hace una revisión crítica del uso actual del concepto de lo clásico, y nos sitúa ante la necesidad de escoger entre dos significados del mismo: “el que lo iconiza como un inmóvil sistema de valores y el que busca en él la variedad y la complejidad de la experiencia histórica” (p. 133). A cada uno le corresponde una determinada actitud presente.

 

Sixto J. Castro