SHUSTERMAN, Richard, Pragmatist Aesthetics. Living Beauty, Rethinking Art, Lanham, Rowman & Littlefield, 2000, 2ª ed., 346 pp., 14,5 x 22,5 cm., ISBN 0-8476-9765-7

 

Es la segunda edición de una obra publicada por Basil Blackwell en 1992 que tuvo un enorme eco y fue traducida a varias lenguas –entre las cuales, por desgracia, no está el castellano–; de ahí esta segunda edición, en la que, respetando prácticamente la totalidad de la primera, a la vez que teniendo presentes las críticas que a ella se hicieron, se añade un nuevo capítulo final dedicado a una nueva disciplina: la somaestética.

La obra de Shusterman está enraizada en Dewey, de quien es un perfecto conocedor. Uno de los objetivos que se propone en este libro es exponer la génesis de la estética deweyana y ampliar el territorio concedido tradicionalmente a la estética por la filosofía y la ideología dominante, en la medida en que el mismo concepto de "pragmática" se enfrenta a la idea tradicional de lo estético como desinteresado y carente de propósito.

Ciertamente la estética pragmatista comenzó con Dewey y prácticamente terminó con él. Fue el único de los fundadores del pragmatismo que escribió extensamente sobre arte y consideró la estética central en la filosofía. Pero la influencia filosófica de su teoría estética fue muy breve, pues la estética pragmatista fue pronto eclipsada por la estética analítica, que ha constituido prácticamente la única tradición en la estética angloamericana, aun cuando los padres fundadores de la filosofía analítica no elaborasen nada que pudiese compararse al Arte como experiencia de Dewey. La primera parte del libro, "Pragmatismo y teoría tradicional" es una soberbia introducción a la estética pragmatista en el marco de las corrientes estéticas contemporáneas. Shusterman analiza en el primer capítulo de esta obra los contrastes entre las tradiciones analítica y pragmatista y propone el pragmatismo como una tercera vía entre las tradiciones continental y analítica. Esa quizá sea la idea motriz del libro, en el que se examinan también las diversas teorías del arte desarrolladas por los analíticos y las dificultades de las mismas, comparadas con el más útil concepto deweyano de arte como experiencia, que, no obstante, también presenta sus puntos oscuros, como el autor se encarga de poner en claro. Para mostrar este término medio y este carácter de puente entre las tradiciones analítica y continental que Shusterman concede al pragmatismo, analiza los conceptos estéticos de unidad orgánica y de interpretación.

La segunda parte de la obra, "Repensar el arte", ofrece una visión más amplia del arte de la que estamos acostumbrados, es decir, de la reducción del arte al arte culto o high art, pues el proyecto pragmatista en estética busca no abolir el arte, sino transformarlo, incluyendo las artes populares, prestando atención a las dimensiones ética y política de las obras de arte y revisando el papel del high art y sus "culpas". En este sentido, Shusterman afronta el reto lanzado por el arte popular a este arte culto, mostrando que las fronteras entre ambas realidades no son rígidas; más bien, al contrario, el arte popular tiene muchas razones para ser estéticamente defendido frente a sus críticos. Shusterman se centra en la música rock y rap para mostrar que el arte popular puede satisfacer los criterios de la tradición estética y enriquecer nuestro concepto tradicional de lo estético. Asimismo trata de la estetización de la ética, es decir, de la importancia de la estética para determinar qué es la vida buena, y pone en su punto de mira a Richard Rorty, a quien critica, aun reconociendo sus méritos. El último capítulo trata sobre la "somaestética", la inclusión del cuerpo en la estética, en sus tres dimesiones: analítica, pragmática y práctica, que él ve ejemplificadas en Dewey y Foucault, y la considera una disciplina en la senda del proyecto de Baumgarten, que puede dar mucho juego en la recuperación del papel originario de la filosofía como arte de vivir. Esta espléndida obra, quizá la mejor que se pueda encontrar sobre estética pragmatista, se ve completada con un índice analítico que facilita la consulta temática.

 

Sixto J. Castro