VITTA, Maurizio, El sistema de las imágenes. Estética de las representaciones cotidianas, traducción de Manuel Martí, Barcelona-Buenos Aires, Paidós, 2003, 364 pp., 22 x 15,5 cm.,ISBN84-493-1447-X.

 

La historia humana es una historia de imágenes y de su diseño, pero sólo modernamente ha aparecido la figura del diseñador y del visual design. De ahí la estructura de esta obra, cuya primera parte estudia el concepto de imagen como representación de nuestro pensamiento y su peculiar rasgo constitutivo de oscilar entre el ser y el no-ser, retrotrayéndose hasta Platón, con su actitud crítica ante las imágenes, y Aristóteles, además de indagar en la construcción teórica medieval y renacentista, dieciochesca (con especial atención a los "esquemas trascendentales" kantianos) y contemporánea, viendo la evolución en la evaluación y consideración de las imágenes, en un discurso ilustrativo, en el que yuxtapone diversos autores, donde se dan cita lo imaginario, lo simbólico y lo cotidiano. La segunda parte explora la prehistoria de las imágenes, su papel en Grecia, Roma (la relación entre retórica e imagen), el universo de la imagen divina (que generará las famosas polémicas entre iconódulos e iconoclastas), así como la imagen como elemento identitario de cualquier colectividad. La tercera parte nos aproxima a las imágenes que conforman nuestra cultura cotidiana, desde el texto (escritura, página, libro), la relación entre imagen y verbo, la evolución del arte, de los mapas, el diseño de las ciudades, las imágenes científicas, el papel de la ilustración en el libro, el cartel. La última parte analiza con detalle y abundancia de ejmplos el visual design. A pesar de su carácter omnicomprensivo, lo que en ocasiones da la impresión de asistematicidad, la obra proporciona muy buena información, acerca del mundo de la imagen, la cual se ve completada por una serie de láminas ad hoc. Nos hubiera gustado que el traductor hubiese añadido las ediciones españolas de las obras que Vitta cita en italiano, aunque comprendemos que es una labor ardua. Hay algunas erratas: "filófosofo" (p. 19); "kiloángono" en lugar de kiliágono (p. 42), "Mendelbrot" en lugar de Mandelbrot (p. 224). Y un error de Vitta, quien se refiere erróneamente al color rojo de la liturgia de Pentecostés como símbolo del martirio, cuando, en este caso, lo es del fuego, y por analogía, del Espíritu (p. 249).

 

Sixto J. Castro