Estudios monográficos. Lírica (Edad Media y Siglo de Oro)
Si tomas la palabra por el mundo, el mundo desaparecerá para siempre, y tú lo sabes.  
RAFAEL CONTE
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(ampliación) 

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TEXTO 

TAREAS 

PEQUEÑAS CUESTIONES SURGIDAS EN CLASE 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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SÉPTIMA  SEMANA (17 nov.) 
 

La poesía barroca: literatura e ideología

 

TEMA VII: La lengua poética.

7.1. La base conceptista:

7.1.1. Dilogías y juegos de palabras.

7.1.2. Paronomasias y otros recursos fónicos.

7.1.3. Los chistes escatológicos.

7.1.4. Paradojas

7.2. La confluencia de la tradición cultista:

7.2.1. Cultismos léxicos.

7.2.2. Hipérbatos.

7.2.3. Perífrasis.

7.3. La búsqueda de una lengua poética específica.

 

(BIBLIOGRAFÍA de ampliación): 

Recuerda que, en principio, basta con la ampliación del tema  a partir de uno de los manuales recomendados (Pedraza, Rico). No obstante, si lo deseas, puedes acudir a las monografías que  se citaron ya en los temas precedentes. 

ALONSO, D., Poesía española. Ensayo de métodos y límites estilísticos , Madrid, Gredos, 1971.

ALONSO, D., La lengua poética de Góngora, en Obras Com­pletas, Madrid, Gredos, 1978, T.V, pp. 9-240.

CHEVALIER, M., Quevedo y su tiempo: la agudeza verbal, Barcelona, Crítica, 1992.

LAZARO CARRETER, F., Estilo barroco y personalidad creadora, Madrid, Cátedra, 1977.

MICO, J. M., La fragua de las Soledades. Ensayos sobre Góngora, Barcelona, Sirmio, 1990.

SCHWARTZ LERNER, L., Metáfora y sátira en la obra de Quevedo, Madrid, Taurus, 1983.

-------, Quevedo: discurso y representación, Pamplona, Universidad de Navarra, 1986.

 

LECTURA

BALTASAR GRACIÁN, Agudeza y arte de ingenio (ed. de G. CORREA CALDERON), Madrid, Castalia, 1969 (2 vols.)

 

TEXTO PARA EL COMENTARIO 

1.

En el medio está mi amor,

Y sabe él

Que, si en medio está el sabor,

En los extremos la yel.

 

 

2.

Esta sombra del sol, si no primera

Causa, principio y juventud del día,

Luz de Dios, que tinieblas nos desvía,

Y en la misma inconstancia no se altera.

 

Ésta, que corre el velo de la esfera,

Y con efectos de beldades guía,

No sirva de adormir con armonía,

O con respiración de primavera.

 

Si acaso adormeciere los sentidos

Con voz de plumas, resplandor de flores,

De su llorsa risa documento,

 

A lágrimas de luz, velad dormidos,

No os suspendan los ecos y colores,

Pues van juntos el llanto y el contento. (Francisco López de Zárate (1580-1658)

 

 

3.

Ayer naciste, y morirás mañana;

Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?

Para vivir tan poco, estás lucida,

Y para nada ser, estás lozana.

 

Si tu hermosura te engañó más vana,

Bien presto la verás desvanecida,

Porque en esa hermosura está escondida

La ocasión de morir muerte temprana.

 

Cuando te corte la robusta mano,

Ley de la agricultura permitida,

Grosero aliento acabará tu suerte.

 

No salgas, que te aguarda algún tirano,

Dilata tu nacer para tu vida,

Que anticipas tu ser para tu muerte. (Luis de Góngora).

 

4.

El galán que me quisiere

siempre me regalará,

porque dél se me dará

lo mismo que se me diere. (Redondilla de Orozco. ¿Juan de Orozco?

 

5.

¿No había de cantar el gallo

viendo tan grande gallina? (Alfonso Girón de Rebolledo)

 

6.

Árbol de cuyos ramos fortunados,

Las nobles Moras son quinas reales,

Teñidas con la sangre de leales

Capitanes, no amantes desdichados.

 

En los campos del Tajo más dorados,

Y que más privilegian sus cristales,

A par de la sublime palma sales,

Y más que los laureles levantados.

 

Gusano, de tus hojas me alimentes;

Pajarillo, sosténgame tus ramas,

Y ampáreme tu sombra, peregrino.

 

Hilaré tu memoria entre las gentes,

Cantaré, enmudeciendo ajenas famas,

Y votaré a tu templo mi camino. (Luis de Góngora).

 

7.                   Vi con pródiga vena,

de parlero cristal un arroyuelo,

jugando con la arena,

y enamorado de su risa el Cielo;

Y a la margen amena,

una vez murmurando, otra corriendo,

estaba entretenido;

Espejo guarnecido de esmeralda,

me pareció al miralle,

el prado su guirnalda;

mas abrióse en el valle

una envidiosa cueva, de repente;

enmudeció el arroyo,

creció la oscuridad del fatal hoyo,

y sepultó recién nacida fuente,

cuya corriente breve restauraron,

ojos que de piadosos la lloraron. (Canción de Francisco de Quevedo a la muerte de don Luis Carrillo)

 

8.                   Ninguna cosa, Zulema,

De cuantas miro me agrada;

Hasta esta sierra nevada

Es un volcán que me quema.

Esta agua de Genil

No pueden darme templanza,

Con haber llegado abril.

¿Qué se me da a mi que cante

el ave en estas acequias,

si son funestas exequias

de la vida de un amante? (Lope de Vega)

 

9.                   Tórtola solitaria, que llorando

tu bien pasado y tu dolor presente,

ensordeces la selva con gemidos;

cuyo ánimo doliente,

se mitiga penando,

bienes asegurados y perdidos,

si inclinas los oídos

a las piadosas y dolientes quejas

de un espíritu amargo

(breve consuelo de un dolor tan largo)

con quien amarga soledad me aquejas,

yo con tu compañía

y acaso a ti te aliviará la mía. (Francisco de la Torre)

 

10.                Éste que con la fortuna más subida

no cupo en sí, ni cupo en él la suerte,

viviendo pareció digno de muerte;

muriendo pareció digno de vida.

 

¡Oh, providencia no comprendida!

¡Auxilio superior, aviso fuerte!

El humo en que el aplauso se convierte,

¡hace la afrenta más esclarecida!

 

Purificó el cuchillo los perfectos

Medios que religión celante ordena,

Para scender a la mayor victoria.

 

Y trocando las causas sus efectos,

Si glorias le conducen a la pena,

Penas le restituyen a la gloria. (Duque de Villamediana)

 

11.                A más de las de sus soles,

tiene Anarda dos beldades,

que son: la razón que dice,

y la sinrazón que hace. (antonio de Mendoza).

 

12.                Mi trabajoso día,

 Hacia la tarde un poco declinaba;

Y libre ya del grave mal pasado,

Las fuerzas recogía,

Cuando sin entender quién me llamaba,

A la entrada me hallé de un verde prado,

De flores mil sembrado,

Obra en que se mostró naturaleza.

El suave olor, la no vista belleza,

Me convidó a poner allí mi asiento;

¡Ay, triste!, que, al momento,

La flor quedó marchita,

Y mi gozo trocó en pena infinita.

De labor peregrina,

Una casa real vi, que labrada

Ninguna fue jamás por sabio moro;

El muro, plata fina;

De perlas y rubíes era la entrada;

La torre de marfil, el techo de oro;

Riquísimo tesoro

Por las claras ventanas descubría,

Y dentro una dulcísima armonía

 Sonaba, que me puso la esperanza,

De eterna bienandanza;

Entré, que no debiera,

Hallé por Paraíso cárcel fiera.

Cercada de frescura,

Más clara que el cristal, hallé una fuente,

En un lugar secreto y deleitoso;

De entre una peña dura

Nacía, y murmurando dulcemente

Con su correr hacia el campo hermoso,

Y todo deseoso,

Lancéme por beber, ¡ay, triste y ciego!

Bebí por agua fresca ardiente fuego,

Y por mayor dolor, el cristalino

Curso mudó el camino,

Que causa, que muriendo,

Ahora viva en sed, y pena ardiendo, etc. (Fray Luis de León, Canción real al desengaño).

 

 

13.                Ojos claros, que en un tiempo

Competíais con el sol,

Cuando eclipsados, me dais

Mayor luz y resplandor. (San Francisco de Borja al cadáver de la Emperatriz.)

 

14.                ¡Con qué ligeros pasos vas corriendo!

¡Oh cómo te me ausentas, tiempo vano!

¡Ay, de mi bien, y de mi ser, tirano,

 ¡Cómo tu altivo brazo voy siguiendo!

 

Detenerte pensé, pasaste huyendo,

Seguíte, y ausentástete liviano,

Gastéte a ti en buscarte, ¡oh, inhumano!

Mientras más te busqué, te fuí perdiendo.

 

Ya conozco tu furia, ya humillado,

 De tu guadaña pueblo los despojos;

¡Oh, amargo desengaño no admitido!

 

Ciego viví, y al fin, desengañado,

Hecho Argos de mi mal, con tristes ojos,

Huir te veo, y véote perdido (Luis Carrillo, Al tiempo).

 

15.                ¡Oh, engaño de los hombres, vida breve!

Loca ambición al aire vago asida,

pues el que más se acerca a la partida

más confiado de quedar se atreve.

 

¡Oh, flor al yelo!  ¡Oh, rama al viento leve!

Lejos del tronco, si en llamarte vida

Tú misma estás diciendo, que eres ida,

¿Qué vanidad tu pensamiento mueve?

 

Dos partes tu mortal sujeto encierra:

 Una, que te derriba al bajo suelo,

Y otra, que de la tierra te destierra.

 

Tú juzga de las dos el mejor celo:

Si el cuerpo quiere ser tierra en la tierra,

El alma quiere ser Cielo en el Cielo (Lope de Vega).

 

16.            Por eso al hijo de Venus

Le pintan desnudo y niño,

Porque los niños no saben

Pedir sino con gemidos.

 

 

17.          ¿Pero qué fue nacer en tanto estrecho?

Donde para mostrar en nuestros bienes,

Adónde bajas, y de dónde vienes,

No quiere un portalillo tener techo (Luis de Góngora).

 

18.            Suspenso está Absalón entre las ramas,

Que entretejen sus hojas y cabellos;

Que los que tiene la soberbia en ellos

Jamás expiran en bordadas camas.

 

Cubre de nieve las hermosas llamas

Al eclipsar de aquellos ojos bellos,

Que así quebrantan los altivos cuellos,

Las ambiciones de mejores famas:

 

¿Qué es de la tierra, que usurpar quisiste?

Pues apenas la tocas de liviano,

Bello Absalón, famoso ejemplo al suelo,

 

Esperanza, ambición, cabellos diste

Al viento, al Cielo, a la ocasión, tan vano,

Que te quedaste entre la tierra y Cielo. (lope de Vega)

 

 

19.                Los dos Pompeyos del mayor romano

Hijos, a Europa y Asia dividieron

Sus cenizas, y allí donde se vieron

Triunfar, cedieron a enemiga mano.

 

Las arenas que baña el africano

Nilo, sepulcro al gran Pompeyo fueron,

Si es que al cielo los dioses no subieron,

Del divino valor asombro humano.

 

Las tres partes del mundo sujetadas

 Por su valor, por su saber profundo,

Por túmulo la Parca les destina.

 

Prodigio grande, ¡oh, suertes desdichadas!,

Porque menor lugar que todo un mundo

Capaz no fuera de tan gran ruina. (Salinas).

 

20.                Como hasta el Cielo presuma

Llegar de un salto veloz,

Prueba Teresa descalza,

Si puede saltar mejor.

 

Desnuda a Dios le dedica

Alma, vida y corazón,

Que como de amor se abrasa,

Le da el vestido calor.

 

Como por Dios pompas deja,

Viste galas de esplendor,

Que al que por Dios se desnuda

De gloria le viste Dios.( Anastasio Pantaleón).

 

 

21.                Si de Grecia sacaba el ostracismo

Los buenos, por insignemente buenos,

Contigo, por tan pérfido, a lo menos,

¿No hicieran sus repúblicas lo mismo?

 

La de Corinto echárate del Ismo

(Con ser viciosa) a límites ajenos

Y aun relegado en uno de los senos

Más sordos y profundos del abismo.

 

¿Y andas entre nosotros con ofensa

 De la virtud? Mas no me desconsuelo

De que dilate un rayo la venganza;

 

Que cuando en los castigos tarda el Cielo,

Justamente irritado, su tardanza,

Después en el furor la recompensa. (Bartolomé Leonardo de Argensola).

 

 

 

 

 

22.          Para coronar poetas,

Escogió sus ramas Febo,

Que de árbol que no da fruto

Se coronan los ingenios.  (Alonso de Salas Barbadillo).

 

 

 

23.                Pena, que a dormir se atreve,

Qué mucho se esté infamando;

Y quien dormir puede, amando,

¡Qué poco el alma le debe!

 

¿Duerme? Sin duda querido

 Está; que de un desdeñado,

Se hace ruego un desvelado,

Y de un amado un dormido. (Antonio de Mendoza)

 

 

24.           Antonio, sí los peces sumergidos

En el centro del mar, para escucharos

Sacan las frentes a los aires claros,

Y a vuestra viva voz prestan oídos;

 

Los que vivieren de razón vestidos,

Y más quien por la patria debe amaros,

A la armonía desos hechos raros,

¿Qué mucho que suspendan los sentidos?

 

Ya con el Niño Dios, Josef segundo

Parecéis en los brazos, y él se ofrece

En figura de amor. ¡Qué amor profundo!

 

Tanto se humilla y tanto os engrandece,

Que porque parezcáis tan grande al mundo,

Dios tan pequeño junto a vos parece.

(Lope de Vega a San Antonio de Padua)


 

 

PEQUEÑAS CUESTIONES SURGIDAS EN CLASE 

 

 

  1. “Hallaron los antiguos métodos al silogismo, arte al tropo, sellaron la agudeza, o por no ofenderla, o por desahuciarla, remitiéndola a sola la valentía del ingenio… Eran los conceptos hijos más del esfuerzo de la mente que del artificio” (I).

-No existe arte del ingenio elaborado por el mundo clásico.

-En todo caso la imitación de la agudeza en los textos del pasado.

 

  1. “La variedad…, gran madre de la belleza”. Variedad de la agudeza: “la uniformidad limita, la variedad dilata” (56).
  2. “Lo que es para los ojos la hermosura, y para los oídos la consonancia, eso es para el entendimiento, el concepto… la proporción entre las partes del visible, es la hermosura; entre los sonidos, la consonancia… El entendimiento, como primera y principal potencia, álzase con la prima del artificio… Atiende la dialéctica a la conexión de términos, para formar bien un argumento, un silogismo, y la retórica al ornato de palabras, para componer una flor elocuente, que lo es el tropo…”
  3. Agudeza: “armónica correlación entre dos o tres cognoscibles extremos, expresada por un acto de entendimiento” (p. 55). El concepto “es un acto del entendimiento, que exprime la correspondencia, que se halla entre los objetos” (55).
  4. Diversos tipos de agudeza, pero siempre se basa en la correspondencia o disparidad entre dos extremos:
    1. De concepto: “consiste más en la sutileza del pensar.
    2. Verbal: que consiste más en la palabra, de tal modo que si aquella se quita, no queda alma, ni se pueden estas traducir a otras lenguas.
    3. Agudeza de acción. Huevo de Colón.

 

De acuerdo con la correspondencia que establezca entre los extremos, la agudez se divide:

a.       Correspondencias de dos términos (por proporción o improporción, semejanzas, paridades, etc.).

b.      Ponderación juiciosa sutil (paradojas, exageraciones, sentencias, desempeños…)

c.       Raciocinación (misterios, reparos, ilaciones, pruebas).

d.      Invenciones de dichos o hechos.

 

 

  1. Correspondencias de dos términos (discurso IV):  (poema de Góngora, p. 65)

 

-Alegoría: correspondencia entre los términos desarrollados por el poema y el sujeto al que se aplican, que puede estar ausente.

 

-proporcionalidad.

-simetría intelectual entre los términos del pensamiento.

-exageración.

-tomar causas o efectos.

-correlación entre  elementos relacionados.

 

La correspondencia es más apreciada cuando falta un de los elementos de la correspondencia (p. 72).

 

 

  1. La improporción (disonancia)  es otro extremo de agudeza.

 

 

-Las cosas provocan efectos diferentes a los esperados.

-Permite enfrentar tiempos: presente, al pasado o al futuro.

-Oposición entre la vida y la muerte.

-Repugnancia hace más conceptuosa la improporción.

-En la disonancia el aumento de uno de los extremos hace más fuerte la disonancia. (p. 84).

-Mezcla de proporción e improporción. Comenzar por la improporción y acabar por la conformidad.

 

A veces la disonancia se construye no sólo entre el sujeto y sus adyacentes, sino con cualquier otro término con quien tenga relación el sujeto.

La mayor disonancia se consigue cuando se logra la contrariedad entre los extremos.

           

  1. Ponderación misteriosa  El misterio dice preñez escondida, verdad recóndita “y toda noticia que cuesta es más estimada y gustosa” (p. 88). Así se trata de poner un misteriosa relación entre los extremos que se comparan, estableciendo la relación entre las causas o efectos, contingencias. Llama ponderación a las razones por las que se explica un fenómeno.

 

 -Explicaciones ingeniosas a una realidad. Para ello la razón que se da como explicación ha de ser ingeniosa.

-Muchas correlaciones en el soneto de Absalón: vanidad y aire; ocupar la tierra y quedarse en el aire; ocasión calva y los cabellos.

-Correspondencia basada en circunstancias de lugar (los tres  Pompeyos).

-“Cuanto más escondida la razón, más estimado el concepto” (p. 96).

 

 

 





 


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