CARREÑO, Antonio. El romancero lírico de Lope de Vega. Gredos,
Madrid, 1979.
NOTA: Esto no es un resumen sino una selección de las ideas que he
considerado más interesantes en este libro, por eso hay numerosas
paráfrasis y citas textuales. Además en el libro aparece
una conclusión final muy breve y completa. No creo que tenga sentido
perder el tiempo copiándola literalmente, así que si alguien
está interesado puede pedirme las fotocopias de estos dos folios con
la conclusión final.
EL. ROMANCERO LÍRICO DE LOPE DE VEGA.
1.LA DINÁMICA POÉTICA DEL ROMANCERO: DEL VIEJO AL NUEVO.
En los siglos XV y XVI las romances tradicionales eran
en muchos casos gérmenes de dramas. El ritmo junto con un tiempo
pasado-presente convertía a las figuras legendarias en míticas.
El oyente era un imaginativo vidente o un improvisado actor-espectador.
Estas características explican el éxito del romance y su pervivencia.
Lope aprovechó las posibilidades expresivas del
romance para testificar su biografía lírica desde las experiencias
amorosas hasta sus arrepentimientos.
En el XIX se concluyó que los cantos épicos
eran anteriores al romance breve épico lírico porque los viejos
surgieron de los desgajes de los cantares de gesta. Los cantos épicos
medievales -desgajados, convertidos en crónicas o refundidos- dan
lugar a los romances épicos. Lope asienta la definición de
romance entre la canción lírica y la exposición prosificada,
entre la melodía y la narración. Frecuentemente el romance
extenso se fragmenta en unidades que adquieren su propia independencia. Ahora
este poema breve va a tener múltiples variantes por las modas, gustos
y convenciones: es directo, asequible, económico, fácil de
aprehender y difícil de imitar. Evita la sentimentalidad y el
patetismo. El símbolo y la metáfora, fuero usados tardíamente
por los poetas cultos.
Adquirieron gran difusión con los Reyes Católicos
porque eran noticiarios fronterizos. El Cancionero General se recopila en
1490 y se imprime en 1511. En los cancioneros se mezclan los romances con
los villancicos y con las canciones cultas de autor. En el siglo XVI continúa
su éxito en todas las clases sociales por lo que convive con la corriente
culta italiana.
En los romances el pueblo reconocía su identidad nacional
porque evocaban un pasado heroico e idealizaban el presente - honor, fidelidad
al rey, nobleza- a la vez que ayudaba a olvidar las incertidumbres de la
Contrarreforma, sus frustraciones y decepciones nacionales, porque
cada individuo (en los romances) dentro de su estamento tenía una
gran valía personal. Su divulgación solía ser a través
de los ciegos en pliegos de cordel de baja calidad. Con la aparición
de la imprenta adquiere mayor difusión: Cancionero de romances, La
silva de romances de Barcelona, Flores de Poetas ilustres.
Lope se inspira a menudo en las Guerras civiles de Granada
de Ginés Pérez de Hita. Es importante tener en cuenta que bajo
un mismo seudónimo se puede encontrar la máscara de varios
autores. Los primeros éxitos de Lope sucedieron con los romances moriscos
que recordaban la actitud caballeresca en la Reconquista. A raíz de
las críticas de Góngora, Lope comienza a frecuentar el
tema pastoril llegándose a convertir en el máximo represente
del Romancero nuevo en el que se reflejaban algunas experiencias juveniles.
Lope amplía el campo temático mostrando la riqueza de
motivos literarios en la época ( romances pastoriles, heroicos, religiosos,
moriscos, paródicos....).
Las principales diferencias entre el género pastoril
y el morisco son que éste último es más narrativo, externo
y dramático, mientras que el pastoril es más comedido en tono
y énfasis retórico y rico en situaciones pasionales.
F Montesinos afirma que la música no era sólo
una mera difusora de los romances si no que en muchos casos podía
inspirarlos, de ahí la existencia de los romances con estribillo
que eran más melódicos y nemotécnicos. El romancero
nuevo se difunde en áreas geográficas importantes- Valencia,
Zaragoza, Barcelona, Madrid, Alba de Tormes- por el espíritu mercantil
de poetas y editores.
Los continuos viajes de Lope a Valencia, Toledo, Madrid,
Alba de Tormes, promovían sus romances pastoriles y moriscos por sus
reflejos autobiográficos.
Recursos poéticos del Romancero Nuevo:
1.Rima asonante, con la terminación más
frecuente en -ía o en final aguda.
2. Introducción del estribillo monorrítmico
pues muchas veces es un compendio del final del tema.
3. Evolución de la seguidilla con respecto al Romancero
Viejo.
4. El final, los intermedios y los inicios de los romances
sufren modificaciones porque se convierten en un discurso altisonante dirigido
a una dama o a una almena que la simboliza.
5. El diálogo entre dos personajes del Romancero
Viejo es sustituido por extensos monólogos que son réplicas
intercambiadas.
2.EL ROMANCERO MORISCO.
La imagen del moro galante y gentil empieza a formarse
en las Crónicas medievales, en los Romanceros y las novelas moriscas
- El Abencerraje-. Lope destaca sobre todo el rasgo sentimental porque
su temática- destierros, celos, rico que desplaza al amante de la
amada- casaba muy bien con su autobiografía. Carreño afirma
que:
" adquieren coherencia y unidad poética al surgir como expresión
de experiencias emotivas concretas. Pero si bien referidas a hechos históricos,
fueron transformadas en literaturidad, en juego lúdico y retórico,
en ficción. Monólogos y diálogos transfiguran la materia
biográfica. Y de la referencia histórica sólo
quedan ecos que, en confuso cruce y despliegue, van trazando la fábula
lírica y seudo-heroica de este Romancero." .
Lope a través de la convención morisca, que le otorga
un código simbólico y verbal, adoptará una máscara
temática y narrativa que se desdobla en otros recreándose
en dramáticamente en su emotividad. (posteriormente será parodiada
por Góngora). La configuración lírica y narrativa del
romancero morisco se basa en el código verbal que establece Lope en
el "código simbólico y verbal ( el intercambio pronominal del
yo/él)."
2.1. LA MATERIA MORISCA EN LA TRADICIÓN MEDIEVAL Y RENACENTISTA.
a) El romancero y la novela morisca. Las guerras
fronterizas del siglo XIV se utilizaron como propaganda política para
transmitir un énfasis heroico a través de héroes y ciudades
protagonistas. El romancero morisco tiene dos períodos diferenciados:
uno que abarca el reinado de Pedro el Cruel (1350-1360) y otro que abarca
el reinado de Enrique IV (1454 - 1474). En los romances fronterizos se daba
especial importancia a descripción y ostentación tanto
de las fiestas como de la ropa, que en el caso del galán eran signos
de virilidad y según afirma Carreño: "el sentimiento del amor
se comunicaba visualmente con los hechos heroicos." . La moda oriental literaria
se extiende no sólo en el vestir sino también en la admiración
por la arquitectura y las formas de vida. Esto lleva a que exista una gran
diferencia entre el ambiente literario de influencia oriental y las condiciones
sociológicas de la vida.
Con respecto a la función del amor y de la mujer Carreño afirma:
" El amor incita a la exhibición de fuerzas físicas, a la virilidad
caballeresca (...). La mujer se encontraba en
el centro de la atención emotiva y bélica. La misma reina doña
Isabel presenciaba y dirigía operaciones
militares en la campaña. Y esta presencia femenina marca un importante
paso en la e transformación del
primitivo romance fronterizo (fragmentado, verídico, realista, noticioso)
al morisco, intensificando las
características del primero: la vistosidad y el atuendo del caballero
galán; su virilidad puesta a prueba en
justas y torneos, el lucimiento de emblemas y signos verbales que descodificaba
los móviles íntimos de sus
actos." La mujer, proyectada desde espacios interiores, surge como espectadora.
Es testigo y juez de los
festejos públicos celebrados en su honor."
El Abencerraje sirve, según Carreño, para que cobre más
fuerza el mito del moro enamorado situado en un contexto cercano a lo pastoril
y a lo arcádico, tan diferente de la realidad social de la época.
Con el paso del tiempo van surgiendo dos figuras claves en el romancero morisco
como son la del moro noble en sus acciones y el cristiano alcaide de ciudades
fronterizas. Esto dos tipos literarios sirven para simbolizar el estado de
tolerancia utópica:
" Ambos géneros ( novela, Romancero) asientan sus acciones en un mismo
lugar geográfico (reino granadino) y contrastan el estado presente,
social e histórico, con el pasado glorioso; las actuales desdichas
con los días felices. Sus mismos actos, nobles y caballerescos, contrastan
irónicamente con las villarnía del rey, quien envía
a sus rivales al destierro."
Posteriormente el autor señala que la imagen del moro galán
va adquiriendo progresiva importancia porque es presentado como un
paradigma de amante, de superioridad física y moral, a lo que debe
unirse su elegancia y nobleza.
b) Literatura y sociedad: la moda morisca. En esta parte
se señala que la rebelión de los moriscos en Granada (1567
-1569) tuvo, además de las consecuencias políticas y sociológicas
esperables, manifestaciones literarias. Este hecho histórico
sirvió para reavivar el tema fronterizo que seguía presente
en la oralidad popular y en la tradición escrita. El vestir morisco
que había sido imitado ya desde el siglo XIV recobra nueva fuerza
en el XVI.
2.3.EL ROMANCERO MORISCO DE LOPE DE VEGA.
La aparición y decadencia se da partir de 1581 -1582 Lope inicia en
la corte su carrera como literato. En 1583 se dio su tormentosa relación
con Elena Osorio que llegó a ser bien conocida por toda la corte a
través de la producción literaria del propio Lope. La dama
estaba casada con Cristóbal Calderón, aunque no hacían
vida marital. Después de la relación con Lope, Elena comenzó
otra con Francisco Perrenot de Granvela, sobrino del cardenal Granvela.
Los romances lopescos de esta época aparecen de
forma anónima y suelta, hasta que son recogidos por distintas manos
en las colecciones de la época. En el Romancero general de 1600 aparecen
mezclados con los romances caballerescos los heroicos, pastoriles y burlescos.
Carreño tiene en cuenta a la hora de hacer la clasificación
temática en la que se basan sus comentarios que: "(...) a veces, un
mismo disfraz (pongo por caso el del pastor Belardo); una composición
o todo un ciclo fabular, sirvieron de texto (también de máscara)
a otros poetas para encubrir alusiones propias y ajenas, biográficas
o fantásticas." .
Una idea interesante que aparece en este apartado es el
hecho de que aunque el romance morisco sea anterior al pastoril -en la mayoría
de los romances- éste sin embargo está más distante
psicológicamente de la base biográfica en que se apoya, mientras
que el morisco tiene una mayor cercanía a la anécdota histórica
por "el desenfrenado impulso" que aparece en este tipo de romances. Carreño
continúa: " Y fue Lope quien cuajó el logro artístico
del Romancero al difundir, en 1583, el romance " Sale la estrella de Venus"
que, de manido, originó transformaciones paródicas." . La historia
de Gazul se encuentra muy próxima a la de Lope y Elena que inspira
gran parte de los romances: "a menudo temas y tonos rítmicos alteraron
los comienzos de varios romances. De ahí también el riesgo
de ceñir con rigor la producción romanceril de Lope ( en este
caso su Romancero morisco) en conjunción con el substrato biográfico
que refleje". Carreño advierte sobre el posible error de atribuir
todos los romances con problemas sentimentales semejantes a los de
Lope al Fénix, puesto que hubo poetas contemporáneos de Lope
que utilizaron estos problemas como una simple convención.
En este libro se han establecido varias etapas en el romance morisco de Lope:
.-Primera: (1581-1587) etapa en la que se dan las relaciones con Elena y
el destierro. Los principales temas que se señalan son el enamoramiento,
complacencias, celos, breves ausencias, alusión a otro pretendiente,
juegos de amor.
.-Segunda: (1587-1588) durante este año sucede
el proceso judicial lo que justifica que en estos romances aparezcan los
siguientes motivos: despecho y rabiosos celos hacia el nuevo competidor,
rico y de alta posición social; insultos y reproches, desdenes, sarcasmo,
ironía, mofa, retos e imaginadas venganzas, desengaño y tono
amargo. En este mismo año rapta a Isabel de Urbina, contrae matrimonio
y poco después se alista en la Armada Invencible, viajando poco después
a Lisboa.
c) Ciclos y héroes. Los ciclos están en función
de la acción de unos galanes que muestran una prespectiva árabe
o caballeresca. El tema central de estos romances son los celos y el desamor
junto con el destierro y la ausencia. El héroe galán, generalmente
Azarque, dirige también palabras de consuelo a la amada. En estos
romances es muy frecuente el esquema narrativo de los amores del galán
con una dama veleidosa que llega a mantener relaciones con el rey, lo que
conlleva el encarcelamiento o destierro del héroe. En esta parte se
confirma:
"La competición entre los dos
galanes por la misma dama (el uno rey o rico: poderoso; el otro, pobre o
súbdito: débil) y toda su trama emotiva es el eje anecdótico
sobre el que gira el núcleo fabular de ambos ciclos. (...) Lope (también
depuesto por un rival, también encarcelado por cuestiones de amor,
también desterrado); podemos atribuirle la paternidad de estos ciclos,
y si no todos y cada uno de los romances, al menos su eje anecdótico,
su módulo germinal biográfico, del que brotan, expandiéndose,
otros secundarios y subordinados." . Las principales parejas del romancero
son Zaide y Zaida, Azarque y Muza, Gazul y Zaide, que además de amplificar
las claves originarias del romancero también reflejan una serie de
elementos autobiográficos " coherentes y unitarios".
d) Temas y prespectivas narrativas. Uno de los temas más
recurrentes el de los celos ya que se presentan tanto en la ausencia real
o imaginaria de la amada como la de un rival. Relacionados con este tema
y muy frecuentes también son los temas de la prisión injusta
con su destierro y encarcelamiento. En las novelas caballerescas, sentimentales
y morisca la ausencia del amado/a llevaba a la duda existencial emotiva.
Los personajes responden a una ordenación según la sociedad
estamental en la cumbre es el rey: "pero su posición es meramente
metafórica en cuanto que éste se constituye en rival, en caprichoso
e impulsivo o en celosos pretendiente." Carreño señala,
además, que se percibe una influencia del Amadís en las acciones
y gestos. El romance fronterizo se caracteriza porque la anécdota
surgía en la guerra y se propagaba pero el morisco surge como la proyección
de intrigas amorosas nacidas en la corte. El fronterizo muestra cierto énfasis
en el heroísmo individual y colectivo mientras que el morisco literaturiza
la vida cortesana del héroe, que se enmascara de moro. Ésta
máscara puede tener importancia como convención retórica,
pero también social e histórica:
"y dentro de ambas convecciones (toda máscara
es convención, también símbolo) se encubre el
que escribe o canta, el que rescribe o transforma el Romancero morisco que,
de boca en boca, expresaba vivencias personales y comunes con las del oyente.
Éste con frecuencia se entretuvo en memorizarlas, variarlas y expandirlas."
.
La caracterización de la dama en estos romances
es de una mujer veleidosa, de alta posición y belleza extrema
-productora del placer visual y la contemplación platónica-
que vive en una almena o castillo. Carreño en este aspecto cree apreciar
tanto la tradición oriental en la que la mujer se encuentra escondida
tras las celosías y la europea medieval del amor cortés,
pues la dama: " está vista como fortaleza de difícil acceso
(alegoría de la Cárcel de amor de Diego de San Pedro) que es
necesario escalar."
Carreño observa la importancia de la innovación
que introduce Lope en el romancero morisco que no es otra que el intento
de los amantes perteneciente a estamentos sociales diferentes por alcanzar
la unión que muchas veces resulta imposible. En la mayoría
de los romances el desdeñado es el galán, aunque en ocasiones
puede serlo la amada -esto podría representar paralelamente la biografía
de Lope, teniendo siempre en cuenta la diferencia entre literatura e historia-.
La actitud de la amada se nos presenta generalmente como pasiva -siempre
está situada en lugares cerrados, como espectadora de un interior-
mientras que la del galán es activa-su presencia siempre se encuentra
en espacios abiertos.-. El espacio de la acción depende de las diferentes
situaciones en las que se encuentre el "yo" y el "tu". El narrador es impersonal
y anónimo. Sobre el diálogo que aparece en estos romances Carreño
afirma que esta: "basado en preguntas-respuestas (gestos bruscos, irónicas
alusiones), estructura la movilidad escénica de este Romancero, su
doblaje dramático y narrativo".
Un aspecto que aparece en este libro son las diferencias
que establece el autor entre el romance fronterizo y el morisco que podrían
sintetizarse en las siguientes:
· Fronterizo: partía de hechos reales captando
el espíritu del combate y el ánimo del vencido. Escueta presencia
del aparato bélico en el héroe. Las damas veían
a sus amados partir hacia la guerra. La vestimenta era un signo de las pretensiones
de los galanes.
· Morisco: fantasea los hechos y sustituye la descripción
realista del fronterizo por la convección socio-literaria. Descripciones
prolijas. Abundante movimiento: carreras, huidas. Los celos del rey evitan
que los amantes tengan intimidad y que su amor se convierta en una noticia
en la corte.
Antonio Carreño concluye con la idea de que el
final de las guerras granadinas conllevó el final del romance fronterizo
que se integró en el morisco. Muchas de sus anécdotas como
los celos, el destierro, etc fueron en ocasiones transcendidas por las experiencias
biográficas:
"de ahí que la reincidencia y el énfasis
en las mismas secuencias (la presencia del rey o del rico que desplaza a
su rival, inferior en linaje y dinero) tienen razón de ser, no sólo
como fábula poética o como máscara convencional, sino
también como anécdota biográfica que condiciona los
diversos momentos creativa de este Romancero".
3.LA POÉTICA DEL ROMANCERO MORISCO DE LOPE.
Este romancero tiene una peculiar estructuración
rítmica que le da un dinamismo visual y escénico. La narración
es retrasada en muchos casos por las descripciones tanto de acciones como
de vestiduras. Los abundantes epítetos tienen su origen en la depuración
verbal del Romancero tradicional fronterizo:
"no se describen hechos guerreros, sino situaciones amorosas
y estados psíquicos emotivos, usando como fórmula narrativa
todas las posibilidades enumerativas y coloquiales del Romancero tradicional,
pero en consonancia con las acciones hiperbólicas y semilegendarias
de estos caballeros. El símil es hiperbólico -lo son también
las acciones descritas- y mitifica a damas y amantes."
El octosílabo se caracteriza por un ritmo ágil
que da sensación de circularidad. La fluidez musical se pierde a favor
de la verbosidad y de la cargazón lingüística, la perífrasis
y el cincunloquio.
a) Representaciones emblemáticas. El bordado en la época significaba
una distinción porque mostraba el linaje de quién lo vestía.
El lema revelaba la analogía entre el dibujo y su significado.
b) Estructuras estilísticas. Un artificio muy común en este
tipo de romances es la superposición de vocablos y enumeraciones paralelísticas.
c) Formulario coloquial. Son muy frecuentes los usos coloquiales y
fórmulas de confidencia.
CAPÍTULO III: EL ROMANCERO PASTORIL.
La literatura pastoril tuvo mucha difusión en el
Renacimiento por la abundante tradición anterior clásica, medieval,
gentil y cristiana.:
"La proyección mítica (y utópica)
de una Arcadia cruzada por ríos, de amenas y verdes praderas (...)
surge con los Idilios de Teócrito de Siracura y transciende la literatura
posterior. Asienta Teócrito muchos de los temas característicos
del género como el amor que enloquece, (...), la percepción
dela naturaleza como vehículo literario, la enmascaración del
poeta bajo el nombre de un pastor (...) introduce la celebración de
certámenes poéticos e introduce en varios idilios (...) el
diálogo y la representación de sentimientos afectivos." .
La producción pastoril de Lope tiene un sustrato biográfico
todavía importante aunque éste ha sufrido una transformación
lírica ya importante. La mayoría de su obra pastoril debió
componerse entre 1588 y 1595 durante su destierro de la Corte. En numerosas
ocasiones fueron adaptados musicalmente, por lo que llegaron a ser una tonada
popular, pudieron llegar a aparecer otros romances con un temática
y estructura rítmica similares. En el romance pastoril se establece
la figura de Belardo que es la nueva máscara de Lope. Las experiencias
personales de Lope dejan de serlo al ser presentadas a través de la
visión de Belardo. Con este artificio, Lope consigue deslindar la
biografía de la literatura: "su máscara adquiere así
un objetivo doble: sirve de artificio retórico al encubrir a un narrador
(que es otro) y también a la propia referencia textual. En el mismo
texto convergen representación y anécdota sentimental, biografía
y fantasía lírica, historia y ficción."
Presentando ciertas equivalencias con los personajes del
romancero morisco la dama se muestra humilde pero desdeñosa y el pastor,
altivo e intolerante ruega, perdona y acusa. Una diferencia que muestra el
romance pastoril con respecto al morisco es que las actividades bélicas
granadinas son sustituidas por "la quietud melancólica, a veces desesperante,
de Belardo". Góngora ejerció una fuerte burla de los
romances pastoriles y moriscos de la juventud de Lope.
1.LA MATERIA PASTORIL EN LA TRADICIÓN MEDIEVAL Y RENACENTISTA.
En la Edad Media se idealizó al pastor que además
de ser una figura religiosa era también un símbolo alegórico
y moralizante.
a) Serranillas y villancicos. La aspiración a ser pastor era
vital en la época. Algunas serranillas establecían la oposición
entre la corte y la aldea, entre la ficción del noble-cortesano que
aspiraba a ser cortesano.
b) Cancioneros y Romanceros. Los cancioneros representaban la poesía
cortesana, elaborada y leída, cantada e impresa en códices
y lujosas ediciones. Los romanceros representaban la poesía
tradicional del pueblo en sus faenas agrícolas, fiestas, etc. Un eslabón
importante en el bucolismo es Garcilaso de la Vega quien en su Églogas
introduce la representación teatral.
Carreño sobre el posible sustrato biográfico
de Lope en La Arcadia indica:
"la ficción pastoril se ajusta a otros dobles
históricos. Los amores de Anfriso y Belisarda coinciden, en la trama
argumental, con oso del quinto duque de Alba, y la vida de éste con
las vicisitudes de Lope, quien escribe esta novela pastoril en el destierro(...)
La Arcadia se escribe desde dentro pero también desde un "otro" que
se enmascara al amparo de convenciones y sistemas líricos y narrativos.
Bajo él se polariza la novela pastoril en dualidades bioficticias."
Una diferencia importante que establece Carreño
en el romance morisco con respecto al pastoril es que éste se basa
en una convección literaria que se apoya temáticamente
en el género narrativo, mientras que el morisco se funda en hechos
históricos. A pesar de todo en muchos romances se funden tato los
temas moriscos como los pastoriles, e incluso en algunos romances pastoriles
se proyectan diversas versificaciones a lo divino.
b) El ciclo de Belardo y Filis. En 1588 Lope abandona Madrid para dirigirse
al destierro. En ese año se casa con Isabel de Urbina, aunque la abandona
para intervenir en un expedición de la Armada invencible. A
su vuelta el matrimonio se instala en Valencia. De allí se traslada
a Toledo y poco después a Alba de Tormes. Tres espacios geográficos
forman el ámbito pastoril del enamorado Belardo: Valencia (la huerta),
Toledo (riberas del Tajo mitificadas en las Églogas de Gracilaso)
y Alba de Tormes (orillas del Tormes). Carreño aporta más datos
interesantes, como que la mayoría de los romances están dedicados
a Filis, y sólo una minoría a Belisa, que presentan sentimientos
de culpabilidad y arrepentimiento -fueron escritos después de la muerte
de la esposa, lo que le lleva a mistificar el recuerdo de Filis con la memoria
de la sumisa Belisa-. Frente a la constancia en el amor y la fidelidad que
promete el amado, la dama representa la volubilidad. Esto recuerda
por contraste a los romances moriscos que frente a la acción en gestos
y posturas se sustituyen en el romance pastoril por "humilde quietud del
pasto resignado ante su adversa fortuna."
Una idea interesante que desarrolla parcialmente Carreño
en este capítulo es que la naturaleza no se aísla como un fondo
orgánico, pues la naturaleza se reviste de sombras con el desengaño
delo pastor. En otras ocasiones la alegría de la naturaleza que "es
modelo de armonía y confidente afectivo, contrasta, en su regocijo,
con la desgarrada tristeza del desamado pastor." Más adelante
el autor precisa aún más:
"La naturaleza vive transformándose en el cambio
que refleja el fluir existencial y la vida sentimental del pastor. Por el
contrario, el arte es imitativo, atemporal, permanente. No fija cambios;
es estático y queda enclavado en fórmulas verbales. La naturaleza
está abierta, es indefinida. El poeta-pastor se aísla y puede
ver la realidad a distancia con cierta prespectiva, dentro de su círculo
emotivo, pero transformándoos en relación con un locus amoenus
utópico; a la vez, real, social y concreto. En él se establece
y desde él tiende a buscar íntimas correspondencias psíquicas.
Éste es el hombre "llano" al que se opone el "cortesano" renacentista,
del mismo modo que Naturaleza se opone a Cultura."
CAPÍTULO IV: EL ROMANCERO ESPIRITUAL
En numerosas ocasiones se ha resaltado la importancia
del Concilio de Trento y de la Contrarreforma en el arte. Las hazañas
bélicas se sustituyen por las espirituales y el hombre barroco se
encuentra entre la materialidad y el ascetismo. El artista intenta conmover
el espíritu del receptor, para lo que intenta un equilibrio moral
truncado por la conciencia de culpa. Desde la Iglesia se van dibujando
los ciclos litúrgicos: "el impulso ascético que pregonan se
basa en escenas sangrientas y mortificantes aprehendidas por un lento proceso
de interiorización."
El predicador intenta inculcar a los feligreses el misterio
de la Redención en una representación cruel. De esta forma
la representación del hecho sagrado se trueca en el espectador en
una experiencia personal en la que el hombre se justifica ante Cristo en
busca del "del perdón y la seguridad". Carreño aporta una aguda
observación. "la naturaleza arcádica, concepción del
hombre del Renacimiento, queda ahora contaminada de pecado y culpa. La paradoja
del Dios-Hombre y su muerte en Cruz dan al traste con el sentido optimista,
con libertad y autonomía individual."
La sensualidad y el erotismo también aparecen en
este tipo de romances pues el alma penitente se convierte en la amada de
Cristo que sufre por el dolor del amado: "esta pareja de amantes ( esposo-esposa,
Cristo- Iglesia), presente en los cantos epitalámicos del Cantar de
los Cantars, se relaciona estrechamente con la tradición mística."
.. Las tradiciones bíblica y pagana se unen en la idea épica
heroica de Cristo que siendo Dios y hombre salva a la humanidad del pecado.
El narrador, en los romances espirituales, se sitúa
en el exterior de la narración y expone un hecho o bien incita a un
grupo de "espectadores-lectores (u oyentes)". El lector se ve invitado a
participar en la narración a y visualizarla. Menéndez Pidal
señaló ya hace tiempo que los romances acompañados con
música eran utilizados por los franciscanos en procesiones y romerías
para facilitar la transmisión.
"El Romancero espiritual de Lope de Vega, compuesto de
romances ya incluidos la mayoría en sus Rimas Sacras (16149 nunca
fue escrito por Lope como libro." . El autor señala también
la importancia el sacerdocio de Lope que refleja un acercamiento entre su
obra y la literatura religiosa de la época, que insistía sobre
todo en el castigo que conllevaba el pecado resaltando así: "lo tremebundo
patético del dogma católico que presidía sobre el valor
carismático de la gracia santificadora. Al oyente se le acusaba de
pecador, y la expiación delas culpas declaraba la validez de la confesión
en el sacramento de la Eucaristía, en contra de la tendencia de la
Reforma"
2. ENTRE ESCILA Y CARIBDIS O LAS CRISIS ESPIRITUALES DE LOPE.
Las crisis de Lope se inician alrededor de 1611 y no cesará
hasta su muerte. Lope mantenía una familia con Juana de Guardo y otra
con Micaela de Luján. Poco a poco las pérdidas de familiares
que comienzan con Isabel de Urbina van creando en él una sensación
de culpa y depresión. A todo ello deben unirse las dificultades económicas
que le asediaban. Lope llegó a sentir que la pérdida de sus
seres queridos era fruto del castigo divino por sus pecados ante la carne.
Para "asegurarse" la salvación acaba ordenándose sacerdote
en 1614.
Lope en su obra religiosa se muestra ya como un poeta
maduro técnicamente. En esta poesía
"alterna el amor divino, el dogma, la contrición
, el desengaño, la anulación del apetito sexual y el ascetismo
carnal (...) .El proceso meditativo se constituye, en las Rimas sacras, a
través de un yo contemplando su pasado: los pasos por donde ha venido.
(..) La lamentación profana por la pérdida de la amada en Petrarca
(...) y en Garcilaso(...) se convierte en Lope en jubiloso encuentro con
su amada: la gracia divina" más adelante, Carreño señala
también el hecho de que Lope establece ejemplos de perversión
de los apetitos basándose en referencias eróticas personales:
"el empleo de una imaginería de lo sagrado, al igual que los exempla
bíblicos en conjunción con casos de erotismo, procede inicialmente
de la tradición del amor cortés."
y también aparece la idea de que un breve error puede traer
la pérdida de la eternidad. En cuanto a la muerte, ésta es
vista como un signo del cambio que trae el paso del tiempo y, además,
una conciencia de enfrentamiento entre la experiencia erótica y la
culpabilidad: "se puede rastrear en estos primeros sonetos de las Rimas de
1602 un proceso de reflexiva maduración ante el propio yo objetivo
bajo la persona del pecador." Pero más adelante Carreño
arguye que:
"Pronto se desvanece el ascetismo de Lope iniciado poco
antes de su ordenación sacerdotal, y presente en las Rimas Sacras.
Dan al traste con sus lágrimas ante el Crucificado, lo "ojos verdes",
las "pestañas negras", la "gentileza de cuerpo" de Marta de Nevares.
(...). El lope sacerdote (...) se convierte en el romántico amante
de una joven casada, veinte años menor que él, y con varios
hijos. Contaba Lope cincuenta y cuatro años de edad." .
Este romance que mantuvo Lope en su edad madura llegó
a ser conocido y objeto de muchas burlas, entre las que destacaron las de
Góngora y Alarcón. Finalmente, Marta quedó ciega en
1628 y al poco tiempo murió demente.
3. EL ROMANCERO ESPIRITUAL DE LOPE DE VEGA.
El tema central es el camino que recorre Cristo desde
el Huerto de los Olivos hasta la crucificación: "las estructuras narrativas
como las del romance, objetivo, directo, inmediato, relatan con viveza y
coordinan elementos diversos, establecen contrastes y opuesto. Sin
embargo, un rasgo peculiar de Romancero Espiritual de Lope de Vega es que,
al narrar éste la historia del Crucificado (épica heroica a
lo divino) lo hace en términos coloquiales, si bien cargados de intensa
emotividad y dramatismo. Su actitud de narrador comprometido con la materia
narrada, y el empleo de diversos elementos retóricos propios de la
oratoria sagrada, realzan más su carácter patético.
No se esclarecen misterios dogmáticos ni se contrastan situaciones
paradójicas: Dios- Hombre, la Trinidad-una, la Virgen-Madre. Se aprehenden
emotivamente a base de símiles tomados del vivir cotidiano, reduciéndolos
a planos concretos y tangibles. Pero veamos con detalle la poética
que rige a este Romancero."
a) A continuación Carreño se detiene en el
estudio de las estructuras pronominales:
"la secuencia narrativa de la mayoría de los romances
es gradual y ordenada: ubicación espacial, presentación de
un diálogo entre la Virgen y Cristo, o éste y un apóstol,
y exhortación final o acto de contrición. El narrador, impersonal,
si bien vidente, se dirige al alma, a quien acompaña. En la graduación
narrativa, con frecuencia climática, se despliegan series de símbolos,
símiles, emblemas y continuas referencias bíblicas: topos comunes
de la lírica religiosa; temas y sermonarios, libros de devoción
y catecismos de la época. Los desdoblamientos que se establecen entre
el narrador impersonal y el tú-alma, con la que se identifica al final
de los romances, (...) incluyen en dichas interferencias a un espectador
cómplice (...) responsable también del estado en que se encuentra
Cristo. Éste se sitúa con el narrador fuera del cuadro (...)
descrito. Pero el narrador, conmovido a su vez por los hechos que presencia,
toma también parte activa en la escenificación: exhorta al
alma ( "tú") a que considere compasivamente el cuadro visto o descrito.
De este modo se va variando la posición estática del comentador
(y su prespectiva), y éste se sitúa alternativamente: en el
exterior, con el espectador (pecador a la vez), y en el interior como testigo
y como narrador. Éste describe y es voz que guía la meditación
penitencial (activo); se agrupa a la vez con el grupo de los pecadores y
con ellos se humilla y se arrepiente (pasivo). Pero el espectador, exterior
e impersonal, situado con frecuencia en un plano más bajo, es objetivo,
impasible, neutro; el interior, por lo contrario, se siente responsable de
los hechos cometidos: simpatiza con María en su soledad o con Cristo
en su dolor. Instalado en el exterior acompaña al resto de los penitentes;
situado en el interior del escenario es contrito pecador. El doble cruce
de prespectivas se establece a base de la fórmula pronominal "tú-alma",
desdoblada en varios casos en la dualidad vocativa " nosotras-almas". La
movilidad del narrador, al pasar de situaciones exteriores a interiores (
"tú -nosotras"); al igual que al usar variadas fórmulas exclamativas
y vocativas (exhortación, apóstrofe), compromete a la vez al
lector."
CAPÍTULO V.: ROMANCE FILOSÓFICO.
La anécdota histórico-biográfica
que predominan en estos romances es la del amor que Lope mantuvo con Elena
Osorio, a pesar de que este romancero fue escrito a raíz de la muerte
de Marta de Nevares. La mayoría de los romances están insertados
en La Dorotea:
" pertenecen a un primer grupo las diversas composiciones
que cierran cada uno de los actos de la obra. Son a modo de resúmenes
líricos y sentenciosos de la situación planteada en cada acto.
A un segundo grupo pertenecen lo más bellos romances (ciclo de "las
soledades" y de las "barquillas") compuestos por Lope, e intercalados en
varios actos. Los agrupamos bajo el epígrafe de "romancero filosófico".
Aunque carentes de sentido discursivo, eminentemente líricos (...)
están escritos saturados de sentencias tomadas en parte de la filosofía
estoica. De ahí su esquematismo epigramático. El poeta
se inmerge en sus "soledades", en un espacio subjetivo e e interior, y entre
éste y el exterior (social uno, subjetivo el otro) va estableciendo,
dialécticamente, una prioridad ética de valores personales
y sociales: los permanentes y estáticos (honra, sabiduría,
virtud) frente a los transitorios y dinámicos (dinero, posición
social, influencias): Su tono sentencioso se impone sobre el lineal y narratrivo
(anecdótico), constituyéndose, como pronto veremos, en unidades
lógicas y coherentes en la final evolución del Romancero lírico
de Lope."
En España la influencia de Séneca se percibe
ya en los siglos XV y XVI, como por ejemplo en el Marqués de Santillana.
Erasmo se edita en 1515 y posteriormente Justo Lipsio que hacen que el senequismo
aparezca con fuerzas renovadas. A Quevedo, Séneca llega principalmente
a través de Justo Lipsio que mantiene correspondencia con el poeta.
La influencia del senequismo en Quevedo se muestra en: "los temas de la sobriedad
corporal, desamor al dinero, culto a la pobreza, el retiro a la intimidad
de la persona y la indiferencia ante el dolor, están presentes en
sus obras morales, poemas metafísicos y tratados satíricos."
El senequismo más popular en la época fue
el de las sentencias que aparece en el Libro dela Sabiduría, libro
que debió ser muy utilizado por Lope. Es importante tener en cuenta
que la unión de pensamiento estoico y religioso ya había aparecido
en Fray Luis de León.
Tanto Lope como Quevedo cursaron sus estudios en
los jesuitas, lo que quizá pudo influir en la concepción común
de la vida: "como contienda y lucha, e insistían en el autoconocimiento
del yo (via mediatio),"lo que "acerca a Lope, al final de su vida (también
forzado por sus múltiples fracasos), a una consideración senequista
del mundo social circundante y de la propia persona, vistos ambos como ilusoria
y vana configuración." .
En la Égloga a Claudio, Lope con el equilibrio
espiritual tan buscado ve en la muerte una nivelación humana y un
paso hacia la eternidad, lo que es una clara reminiscencia del pensamiento
medieval.
CAROLINA CAPARRÓS PEDROSA.