XII Congreso de la AITENSO. Almagro, 15 al 17 de julio de 2005

Autor de la comunicación:

Eugenia RAMOS FERNÁNDEZ

Título:

 

“El corral de los locos: comedia y enajenación en la controversia teatral”

Resumen:

 

 

 

 

Michel Foucault ha afirmado que en la locura "se establece el equilibrio; pero lo oculta bajo la nube de la ilusión, bajo el desorden fingido (...) Esta brusca vivacidad, este azar de los ademanes y palabras, este viento de locura (...) es el tipo mismo de artificio barroco. La locura es el gran engañabobos de las estructuras tragicómicas de la literatura preclásica". Igualmente, Foucault se manifiesta convencido de que el rasgo fundamental del mundo de las imágenes es que "su poder no es ya de enseñanza, sino de fascinación."
Curiosamente, los textos de la controversia española sobre la licitud moral del teatro, concretamente los detractores, establecieron también el binomio comedia y locura que me propongo explorar. Foucault concibe la locura como mecanismo equilibrador de una identidad que, lógicamente, percibe enferma en su origen: es el loco, y no el cuerdo, el que proporciona salud al cuerpo enfermo, posiblemente porque la locura es entendida como condición previa o consecuencia lógica de la cordura. Por el contrario, el moralista detractor ve en el loco un poderosísimo virus que amenaza constantemente la salud del cuerpo social, cuestionando así la superioridad natural de ese cuerpo "sano" definido desde la ortodoxia oficial de su discurso. Paradójicamente, el postestructuralismo foucaltiano y el contrarreformismo del detractor español del XVII caminan por similares derroteros, si bien en dirección contraria. Foucault ha definido la locura en términos que son conscientemente teatrales; los moralistas detractores explicaron el teatro en términos de locura. Para estos últimos, la comedia no fue sino el espacio, tiempo e instrumento de la enajenación, el desequilibrio, la locura. Locura de la que explicaron sus diferentes síntomas, dibujando así los contornos de un cuerpo social que, política, social, ontológica y sexualmente se abría, sin grandes resistencias, a la enfermedad.