Mozambique: paz sin provecho
Fuente: Radio Nederlands
Francisco Rey Marcos.
Hace ahora casi 10 a�os, en octubre de 1994, Mozambique celebraba las primeras elecciones democr�ticas tras dos d�cadas de cruel guerra que dejaron el pa�s en situaci�n de colapso econ�mico y social. Dos a�os antes, en 1992, se hab�a firmado en Roma el Acuerdo General de Paz en un proceso de negociaci�n que fue calificado de mod�lico por la comunidad internacional y que puso fin al enfrentamiento civil, aunque con importantes implicaciones regionales e internacionales, que asolaba el pa�s.
Desde entonces, el proceso de construcci�n y consolidaci�n de la paz ha seguido su curso y aunque los problemas han sido y son muchos, Mozambique no ha vuelto a la senda de la violencia, ha realizado dr�sticas reformas econ�micas y su situaci�n ha sido presentada por muchos organismos internacionales como "historia exitosa" (success story), como una de las pocas experiencias de pacificaci�n que se ha afianzado en el continente africano. No olvidemos que en aquello mismo a�os se negociaron otros acuerdos de paz como en Angola que fueron rotos y se volvi� a la guerra.
Sin embargo, la formalizaci�n de la paz no trajo la mejora de las condiciones de vida de la mayor�a de la poblaci�n y el llamado "dividendo de la paz" no ha dejado en estos a�os un saldo muy positivo en los sectores m�s pobres del pa�s. La econom�a ha crecido a una media del 8% anual pero no se ha conseguido reducir los �ndices de pobreza que siguen siendo unos de los m�s altos del mundo. La pobreza absoluta ronda el 70% y en las zonas rurales la econom�a es de subsistencia y extremadamente dependiente de las condiciones clim�ticas, que en los �ltimos a�os han sido muy malas. Mozambique ha sido uno de los pa�ses que ha seguido m�s al pie de la letra los postulados de los organismos financieros internacionales, pero las severas pol�ticas de ajuste unidas a un acelerado proceso de privatizaciones han tenido un elevado coste social. Los datos macroecon�micos han mejorado y eso es muy del agrado del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pero eso ha tra�do consigo un aumento de la desigualdad que es casi abismal entre los sectores de poblaci�n residentes en la capital Maputo y aquellos que viven en las zonas rurales. Al mismo tiempo la extremada dependencia de la ayuda externa (casi el 60% de los fondos manejados por el gobierno proviene de la ayuda internacional) hace a la econom�a muy fr�gil y dependiente y seg�n muchos analistas es una de las causas del aumento de la corrupci�n.
Desde la perspectiva pol�tica las reformas han sido lentas y aunque el sistema es multipartidista, de facto, el FRELIMO controla todas las instancias de poder y no ha existido hasta ahora algo parecido a la alternancia o a la distribuci�n de ciertas cotas de poder. En 2003 hubo elecciones municipales con un nivel de participaci�n muy bajo que evidencia un grado de descontento y desencanto elevado, y por vez primera la RENAMO podr� gobernar en alg�n municipio pero con competencias muy limitadas. El resto de instituciones ligadas a la gobernabilidad: polic�a, poder judicial, sistema penitenciario, parlamento, administraci�n descentralizada, etc. son muy d�biles y con enorme desprestigio p�blico. Algunos pa�ses como Holanda en los �mbitos de descentralizaci�n y sistema judicial o la propia Espa�a en el �mbito policial, han apoyado iniciativas de reforma de estos sectores que, en algunos casos, como los proyectos de la cooperaci�n holandesa en la provincia de Nampula est�n siendo la referencia para el resto del pa�s.
En este fr�gil contexto, Mozambique vuelve estos d�as a llamar nuestra atenci�n por la seria amenaza de crisis alimentaria que viven algunas zonas del pa�s a causa de la sequ�a de los tres �ltimos a�os. Tras las graves inundaciones que asolaron el pa�s en el a�o 2000, los a�os siguientes han sido malos para las cosechas y aunque en el 2003 Mozambique consigui� resistir la situaci�n mejor que sus vecinos Zimbabwe o Malawi, las previsiones para 2004 son alarmantes. Seg�n datos dados a conocer estos d�as por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) que ha realizado un concienzudo an�lisis de vulnerabilidad en las zonas m�s pobres, m�s de 650.000 personas en el centro y sur del pa�s necesitan ya de ayuda alimentaria. Estos alimentos podr�an adquirirse en Sud�frica pero el problema es que la crisis alimentaria que vive la regi�n en su conjunto ha hecho que los precios del ma�z y otros productos se hayan incrementado enormemente para las posibilidades de la magra econom�a mozambique�a. Esta situaci�n se est� viendo agravada por el aumento del VIH/SIDA que, seg�n todos los datos, est� creciendo del mismo modo que lo hizo en los pa�ses lim�trofes hace cinco o seis a�os. Se estima que un 14% de la poblaci�n es seropositiva y existen en el pa�s m�s de 350.000 hu�rfanos a causa de la enfermedad. Las previsiones de crecimiento del SIDA son tambi�n alarmantes y se constata que las autoridades no previeron adecuadamente esta posibilidad y no se prepararon para ello, cuando las evidencias en otras regiones africanas eran ya claras.
Mozambique puede seguir siendo, tiene el derecho a seguir siendo una "historia de �xito" para la comunidad internacional en materia de rehabilitaci�n posb�lica y construcci�n de la paz. Pero para que ese avance se consolide y sea s�lido, los beneficios de la paz deben llegar cuanto antes a los sectores m�s pobres de la poblaci�n. De no ser as�, el apoyo popular a las instituciones y partidos y al proceso en su conjunto continuar� retrocediendo y la paz ser� fr�gil. Parafraseando a Kant, una paz duradera necesita ser percibida como beneficiosa por la poblaci�n y no depender solo de la ayuda internacional. Si no, ser� una paz comprada.
El SIDA no discrimina
Fuente: Radio Nederlands
Pieternel Gruppen
El pasado martes, al presentar su nueva pol�tica de asilo, el presidente de Malawi, Bakili Muluzi, reconoci� que su hermano muri� de SIDA. Esta declaraci�n, que en Occidente no ser�a estremecedora, puede tener un gran impacto en �frica, continente donde, a pesar de ser el m�s afectado por la epidemia, la enfermedad sigue siendo un enorme tab�.
Adem�s de revelar la verdadera causa de la muerte de su hermano, el presidente Muluzi exhort� a sus compatriotas a seguir su ejemplo y someterse a ex�menes de SIDA. Cuando los periodistas preguntaron por el resultado de las pruebas, Muluzi respondi�, con muchos rodeos, que hab�a recibido buenas noticias.
Njorgu Morgan, de la Campa�a de Acci�n para el Tratamiento del SIDA en Sud�frica, concede especial importancia a las declaraciones del presidente. A su juicio, uno de los mayores obst�culos en la lucha contra el SIDA es que los dirigentes africanos mantienen el tab� sobre la enfermedad. Recientemente, su propio presidente, Thabo Mbeki, manifest� no conocer a nadie que haya muerto de SIDA. Sin embargo, este hecho es poco probable en Sud�frica, donde uno de cada cinco adultos es contagiado con el virus VIH, causante del SIDA. Durante mucho tiempo, Mbeki ha negado que el virus VIH genere SIDA, y, seg�n Morgan, esta pol�tica de avestruz puede dar origen a situaciones muy peligrosas.
La atm�sfera de misterio que rodea el SIDA da lugar a todo tipo de mitos e informaci�n incorrecta, que, de hecho, incrementa la difusi�n de la enfermedad. Morgan opina que la franqueza es imprescindible en la lucha contra la enfermedad.
En algunos pa�ses se cree que el SIDA puede curarse mediante contacto sexual con una virgen. Los Gobiernos deber�an combatir el surgimiento de estos mitos. Pero, al mismo tiempo deben establecer pol�ticas adecuadas para combatir el s�ndrome. El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha demostrado esto que es posible, al iniciar una amplia campa�a de publicidad que ha arrojado muy buenos resultados. En los �ltimos diez a�os, el porcentaje de infectados con VIH en Uganda se redujo de un 21 a un 6 por ciento. Sin embargo, no todos los l�deres africanos siguen su ejemplo.
Los presidentes de Kenia y Nigeria, entre otros, se han limitado a hacer declaraciones, sin determinar una pol�tica eficaz. El Gobierno nigeriano prometi� repartir medicamentos entre la poblaci�n, pero no logra solucionar los serios problemas de distribuci�n.
El presidente Muluzi tambi�n prometi� distribuir medicamentos para frenar el SIDA en Malawi, y espera poder cumplir su promesa con el apoyo de donantes y del Fondo de la ONU para el SIDA. Juntos aportar�n 400 millones de d�lares para la lucha contra el SIDA en el pa�s.
